El logo de Sortu es un Sol naciente y lo acontecido el pasado sábado en diversos Ayuntamientos vascos nos recuerda a la actitud más fascista de la izquierda abertzale tradicional, tradicionalmente radical. Después de lo acontecido el sábado en diversos Ayuntamientos vascos, vemos que no hay nada nuevo bajo el Sol.
Los Plenos de Investidura, son actos cargados de simbolismo. Son actos de gestos.
La sesión comienza con la constitución de la mesa de edad, como recoge la ley. Los concejales electos juran o prometen el cargo quedando de esta manera constituida la nueva Corporación municipal.
A continuación, los concejales y mediante votación secreta proceden a la elección del nuevo Alcalde de la ciudad o municipio.
Con la designación del nuevo Alcalde, la entrega simbólica de la makila a este y sus primeras palabras como nuevo Presidente del Ayuntamiento en cuestión, se da por finalizado el primer pleno de la nueva legislatura.
Como digo, son actos de gestos y hace pocos días vimos unos cuantos por parte de unos: la gente del nuevo Bildu sigue teniendo la misma actitud despótica de siempre.
Poseedores de la verdad absoluta, cuando las cosas no son favorables a sus intereses, se pillan pataleta y te ponen de “puta para arriba” (coloquialmente hablando). Insultos, silbidos, abucheos, gritos y demás acciones con “EuskoLabel” se vivieron en Elorrio el pasado sábado.
Comienza un nuevo tiempo. Un tiempo en el que todas las sensibilidades tienen cabida. Comienza un tiempo de normalización política y los mismos de siempre vuelven, después de años de Apartheid, con las mismas actitudes de siempre, con los mismos gestos de siempre.
La nueva Bildu entra fuerte en el mapa político vasco, siendo la segunda fuerza más votada, y la primera fuerza en cuanto a concejales, pero entra a trompicones en Ayuntamientos como Elorrio.
¿Ciertas actitudes de la nueva Bildu son solo hechos aislados o por el contrario es que no hay nada nuevo bajo el Sol?
